EVANGELIO DÍA 13 DE SEPTIEMBRE




Jesús y sus discípulos se dirigieron a la aldea de Cesarea de Felipe. Por el camino, preguntó a sus discípulos: “¿Quién dice la gente que soy Yo?”. Ellos le contestaron: “Unos que Juan Bautista, otros Elías y otros uno de los Profetas”. Él les preguntó: “¿Y vosotros, quien decís que soy?”. Pedro le contestó: “Tú eres el Mesías”. Él les prohibió terminantemente decírselo a nadie y empezó a instruirles: “El Hijo del Hombre, tiene que padecer mucho, tiene que ser condenado por los Senadores, Sumos Sacerdotes y letrados, ser ejecutado y resucitar a los tres días”. Se los explicaba con toda claridad. Entonces Pedro se lo llevó aparte y se puso a increparlo. Jesús se volvió, y de cara a sus discípulos increpó a Pedro: “¡Quítate de mi vista Satanás!, ¡tú piensas como los hombres, no como Dios!”. Después llamó a la gente y a sus discípulos y les dijo: “El que quiera venirse conmigo, que se niegue a sí mismo, cargue con su cruz y me siga. Mirad, el que quiera salvar la vida la perderá, pero el que pierda su vida por el Evangelio, la salvará”.
(Marcos 8, 27-35)

Meditación

Señor, ¿me preguntas quien eres Tú para mi?. Tú, que lo sabes todo, sabes que te amo, que eres mi Señor, mi Maestro y mi único amigo de verdad, en quien puedo descansar sin ningún temor. Quiero seguirte adonde quiera que vayas, negándome a mi mismo, cargando con mi cruz a tu lado, hasta que te de el abrazo definitivo.


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