LOS DIEZ MANDAMIENTOS Y LOS SEPHIROT (I)




Somos muchos los que hemos nacido dentro de la religión cristiana, es curioso que a pesar de ello siempre hallamos estados tan lejos del Dharma Cristiano. ¿Por qué es esto así?. Porque el Dharma Cristiano es profundo como el Gran Océano, ya bien lo dijo el Cristo en Jesús: “Difícil es el sendero y angosta la puerta que lleva a la salvación”, tal es la realidad, muchos son los llamados, todos son los llamados, pero muy pocos los elegidos.

La realidad de esta dificultad no radica en que el sendero sea largo en extensión temporal ni complejo de comprender, sino de realizar, mientras se siga trabajando por medio de una reformación sustentada solo en los vuelos de un dogma de fe, no habrá mejora alguna dentro de las personas, aún cuando asistan puntualmente a las celebraciones religiosas.

La lista de diez mandamientos, fueron tomados del decálogo que Tetragrámaton diera a Moisés en el Sinaí. Este es el esquema básico de lo que debería el hombre hacer o no hacer, su guía de conducta y su orientación para la acción. Pero ¿de que puede servir una guía que no se comprende bien?. Es tan útil como un mapa borroso con los nombres en una lengua desconocida.

Los diez mandamientos son la manifestación de la sabiduría de las diez esferas del Árbol de la Vida que los hebreos llaman Otz Chaim... . Estas diez sabidurías al entenderlas desde la mente manchada o samsárica, genera una guía y una prohibición, juntos estos dos aspectos es lo que he querido llamar sabiduría.


Podemos obviar el desorden que el clero impuso de forma ignorante a los mandamientos, nos referiremos al orden correcto que es el que aparece en el Éxodo, una prueba más de que este es el orden, radica en que así se corresponden perfectamente con los diez Sephiroth del árbol de la vida.

Numero Sephirah Significado Astrología Mandamiento

Uno Kether Corona Universo Solo hay un Dios.


Dos Hochmah Sabiduría Zodiaco No harás inmágenes

ni las adorarás

Tres Binah Inteligencia Saturno No tomarás en vano el

nombre de Tu Señor.

Cuatro Chesed Misericordia Júpiter Respeta el sábado.

Cinco Gueburah Justicia Marte Honra a tu padre y tu

madre.

Seis Tiphereth Belleza Sol No matarás.

Siete Netzach Victoria Venus No cometerás adulterio

Ocho Hod Esplendor Mercurio No robarás.

Nueve Yesod Fundamento Luna No levantarás falsos testimonios

sobre tu prójimo.

Diez Malkut Reino Tierra No codiciarás.



10. NO CODICIARÁS.

Aquí comienza la esencia del conflicto, casi todos los seres humanos están bajo el dominio de la codicia. De hecho en el Dharma de Buda se suele considerar que las personas son predominantemente codiciosas, y que las otras dos identidades (hostil y confusa) son secundarias en todos los casos. En el Vajrayana por ejemplo hay cinco venenos, dos de ellos son los tradicionales confusión e ira, y los otros tres son formas de codicia: Envidia, pasión y orgullo.

La codicia es el primer enemigo que el hombre tiene que vencer. Por tanto, si se tratara de comenzar al revés el Amor al Dios único, que es el primer mandato (en la forma cristiana), sería imposible, porque nadie puede amar a Dios si codicia cosas del mundo, nadie puede servir a dos amos.

Entonces la prohibición de esta esfera es la de no desear los bienes del prójimo en un nivel muy superficial, y en un nivel profundo no codiciar nada que no sea lo propio. ¿Qué diferencia hay entre un nivel y otro?. Que no desear lo del prójimo es la norma social y es una idea inteligente para ahorrarse sufrimiento, pero cuando hablamos de no desear lo que no sea propio, hablamos de no desear nada fuera del sí mismo, de la naturaleza espiritual que está manifestándose en el hombre justo en este momento y que es capaz de satisfacer todas sus necesidades y deseos sin excepción.

Si, hay una naturaleza espiritual detrás del ser humano, este no es más que una expresión de esto, una máscara que la naturaleza usa en su expresión, pero esto no debe ser confundido con la idea de que el ser humano sea la presencia espiritual, es más bien que él inevitablemente depende de esta naturaleza para su existencia aparente.

Es importante que se entienda esto, porque si se entra en este punto con la idea de la identidad, de que uno es un perfecto Hijo de Dios y cosas por el estilo se pierde la belleza de este mandamiento, de esta sabiduría. Yo de mi nada puedo, es el Padre Nuestro el que hace las obras. Es nuestro Padre, porque somos engendrados por esta única naturaleza en una Madre Virgen que es la realidad material. Pero es un solo Padre; y al final nosotros somos solo apariencias, o como dice la Biblia imagen semejante, una semejanza.

Una semejanza no es lo que semeja, es una apariencia, es una imagen. ¿Porqué no ven esto los cristianos si lo repiten constantemente?. Dicen: Eres hecho a imagen y semejanza de Dios, pero lo que realmente enseña la Torá es que eres una semejanza, una imagen que aparenta ser como Dios, que representa a Dios en el mundo, pero que no es Dios.

Cuando uno abandona la idea de identidad, entonces conoce que no es un alguien que pueda codiciar algo. Se vuelve como un lugar donde habita Dios, donde manda Dios. Uno se convierte en un Reino de Dios. He ahí la relación con la Sephirah Malkuth.

La ausencia de codicia de todo lo que no sea la verdadera naturaleza espiritual es convertirse en un campo puro de expresión de la Divinidad, esto es buscar primero el Reino de Dios y Su Ley (Su Justicia).



(continuará)


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