LA SEGUNDA VENIDA DEL CRISTO (I)








¿LE ESTAMOS ESPERANDO?

Dando por sentado, que como cristianos, somos conscientes de la historia de Jesucristo, que murió en la Cruz para liberarnos del pecado, y que ascendió al cielo. También quedó claro el compromiso de que volvería por segunda vez.



Jesús prometió a sus discípulos que Él regresaría otra vez. Está en Juan 14:1-4, "No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en Mí. En la casa de Mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, Yo os lo hubiera dicho; voy, pues; a preparar un lugar para vosotros. Y si me fuere, Yo os preparé lugar, vendré otra vez, y os tomaré allí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis. Y sabéis adónde voy, y sabéis el camino”


Y Los ángeles prometieron que Jesús regresaría. En Hechos 1:10-11: “ "Y estando ellos con los ojos puestos en el cielo, entre tanto que Él se iba, he aquí se pusieron junto a ellos dos varones con vestiduras blancas, los cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo?. Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo".


En este compás de espera, que conlleva el estar preparados y ser pacientes, representa una prueba para el hombre moderno, que todo lo hace de prisa y corriendo. El mayor error es utilizar el comportamiento automático, y no valorar conscientemente la importancia de que tenemos que estar alerta y preparados, desarrollando un estado interior que va más allá del hecho de ser paciente.


Debe haber una actitud positiva y de confianza en la espera de Cristo. Esto lo podemos ver reflejado en Hebreos 6:11-12, que dice:


“Pero deseamos que cada uno de vosotros muestre la misma solicitud hasta el fin, para plena certeza de la esperanza, a fin de que no os hagáis perezosos, sino imitadores de aquellos que por la fe y la paciencia heredan las promesas”.
Por tanto con ello fortalecemos en nosotros la esperanza y ejercitamos nuestra fe.

Le preguntamos a Vd. ¿Está esperando la llegada de Cristo?.


Cristo viene por segunda vez a buscar a los que le esperan. Es evidente, que los que le esperamos seremos los únicos que experimentaremos gozo al verle venir. En Hebreos 9:28 dice:


“Cristo .....aparecerá por segunda vez.....para salvar a los que le esperan”.


¿Qué haremos con nuestra impaciencia y prisa, en la espera de los acontecimientos?.


Hebreos 10:37: “Porque aún un poquito, y el que ha de venir vendrá, y no tardará”.


Es evidente, que no es posible hacer un camino de Iniciación, donde los compañeros de viaje sean la impaciencia y la prisa. Es posible que tengamos que dar gracias, porque ese tiempo de tardanza, nos este permitiendo que nos trabajemos interiormente y así estar preparados para cuando llegue el momento. A este respecto Pedro 2,3:9 nos dice:


“El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno se perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento”.


En Pedro 2, 3:8 dice: “para con el Señor un día es como mil años, y mil años como un día”.


Es cierto, que para nosotros parece un largo tiempo, y para Dios no es nada. Ya que para Él no existe el tiempo, sólo el presente.


Mientras estamos esperando, no debemos olvidarnos de que hay que velar. En I Tesalonicenses 5:2; 4-6 dice:


“Pero vosotros sabéis perfectamente que el día del Señor vendrá como ladrón en la noche. Más vosotros, hermanos, no estáis en tinieblas, para que aquel día, os sorprenda como a un ladrón. Todos vosotros sois de la luz y del día, no somos de la noche ni de las tinieblas. Por tanto, no durmamos como los demás, sino velemos y seamos sobrios”




(continuará)


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