EVANGELIO DÍA 9 DE NOVIEMBRE





Se acercaba la Pascua de los judíos y Jesús subió a Jerusalén. Y encontró en el templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas y a los cambistas sentados; y haciendo un azote de cordeles, los echó a todos del templo, ovejas y bueyes; y a los cambistas les esparció las monedas y les volcó las mesas; y a los que vendían palomas les dijo: “Quitad esto de aquí, con convirtáis en un mercado la Casa de Mi Padre”. Sus discípulos se acordaron de lo que está escrito: “Tu celo me devora”. Entonces, intervinieron los judíos y le preguntaron: “¿Qué signos nos muestras para obrar así?”. Jesús contestó: “Destruid este templo y en tres días lo levantaré”. Los judíos le replicaron: “Cuarenta y seis años ha costado construir este templo ¿y Tú lo vas a levantar en tres días?”. Pero Él hablaba del templo de Su cuerpo. Y cuando resucitó de entre los muertos, los discípulos se acordaron de que lo había dicho y dieron fe a la Escritura y a la Palabra que había dado el Señor.
(Juan 2, 13-22)

MEDITACIÓN

Señor, las palabras a los mercaderes del templo me las dices a mi: No conviertas en un mercado la Casa de Mi Padre. Yo Soy esa Casa de Tu Padre, y la he mancillado muchas veces a causa de mis errores, mis apegos a lo material, olvidando lo espiritual. Mi espíritu está pronto, Señor, pero mi carne es débil. Más te ruego me ayudes, a tener una morada digna para la Divinidad.

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