COMO EL HOMBRE PIENSA (VII)




VIII. El que repudie a su mujer, la expone al adulterio.

En aquel tiempo, la Ley hebraica concedía el divorcio por razones insignificantes. Hay que procurar el entendimiento, pero cuando la disolución es un mal menor, se puede recurrir a ello. Por eso Él perdonó a la mujer adúltera y la despidió en paz.


(conrinuará)


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