EVANGELIO DÍA 8 DE MARZO




En aquel tiempo, Jesús dijo: “Os aseguro que ningún Profeta es bien recibido en su propia tierra. Verdaderamente había muchas viudas en Israel en tiempos del Profeta Elías, cuando no llovió durante tres años y medio y hubo mucha hambre en todo el país. Sin embargo, Elías no fue enviado a ninguna de las viudas israelitas, sino a una de Sarepta, cerca de la ciudad de Sidón. También había en Israel muchos enfermos de lepra en tiempos del Profeta Eliseo, pero ninguno de ellos fue sanado, sino Naamán, que era de Siria”. Al oír esto, todos los que estaban en la Sinagoga se llenaron de ira. Se levantaron y echaron del pueblo a Jesús. Lo llevaron a lo alto del monte sobre el que se alzaba el pueblo, para arrojarle abajo, pero Jesús pasó por delante de ellos y se fue.
(Lucas 4, 24-30)

MEDITACIÓN

Lo que más nos cuesta, es ver la acción de Dios en lo cotidiano y oír Su Palabra en la voz de las personas que nos rodean. Sin embargo, es ahí, en lo cercano, donde podremos conocer a Dios.


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