“Destruid este Templo y en tres días lo reconstruiré.... Él hablaba del Templo de Su cuerpo” (Juan 2, 19-21). El Jesús, el Verbo ya está encarnado y en Él habita el Espíritu de Dios, pues Jesús tiene un cuerpo purísimo y un alma inmaculada que constituyen el santuario modelo y perfecto de la Divinidad.
Pablo, el apóstol de los Gentiles, recordaba a los Coríntios la necesidad de la pureza del cuerpo en los siguientes términos: “El cuerpo no es para la fornicación sino para el Señor y el Señor para el cuerpo..., el que se une con el Señor se hace un espíritu con Él..., ¿no sabéis que vuestro cuerpo es un Templo del Espíritu y que por tanto no os pertenece?”.
La chispa Divina o el gérmen espiritualdel hombre, no puede desarrollarse si el cuerpo y el alma no le ofrecen las condiciones adecuadas para ello, y la primera de ellos es la pureza. Por tanto, construir el Templo del Espíritu en nosotros, es purificar, afirmar, hacer sutiles conjuntamente el alma y el cuerpo, pues los dos están estrechamente unidos e intercomunicados por el sistema nervioso, que es una caja de resonancia entre ambos; los traumatismos del uno repercuten automáticamente en el otro.
Para ser Templos del Espíritu, es necesario purificar las dos envolturas física y anímica, a fin de poder luego elevar su tasa de vibración. ¿Por qué seguir engañándonos a nosotros mismos más tiempo?. Necesitamos ascetismo y una estricta autodisciplina en estos dos planos, para poder desarrollar nuestra chispa espiritual; mientras ésta duerma todavía, la prueba nos parecerá que está más allá de nuestras fuerzas, pero si conseguimos despertarla, de esta chispa y por medio de ella, recibiremos la fuerza suficiente para construir nuestro santuario interno. El Cristo, enseña el Sendero y presta una ayuda constante a sus discípulos. Ser Su Soldado, es andar valientemente a la cabeza del rebaño, dispuesto a defenderlo cuando aparezca el enemigo. La fuerza del Soldado, se encuentra en el mismo Cristo, en el Espíritu.
Es vocación del Soldado del Cristo, ser auténtico Templo del Espíritu. ¿Por qué no realizarla ahora, ya, queridos hermanos?.
Copyright. Todos los derechos reservados. Orden de Sión.
