EL ROSARIO TEMPLARIO (IV)

Esta larga cita del Libro de los Proverbios (Caps. 8 y 9), nos enseña que simbólicamente, la Sabiduría aquí mencionada, coincide perfectamente con el componente femenino de Dios, al que nos dirigimos. Destaquemos además, que la casa de la Sabiduría, con sus siete columnas, parece el prototipo de las moradas alquímicas o filosóficas, y que nuestra Casa, cuyo Jefe no es otro que la Virgen María, Nuestra Señora, constituye una de las ramas mayores de esta filiación espiritual. Por otra parte os recordaré, que la tradición Iniciática Templaria, nos enseña que la Virgen Universal se manifiesta bajo cuatro formas maternales, en sus simultaneidades sucesivas, tomadas en orden inverso de generación:







· Eva, Madre de los hombres.



· María, la Madre de Jesús, Hijo del Hombre e Hijo de Dios.



· Nuestra Señora del Santo Espíritu, Madre de los Egregores.



· La Madre Cósmica, la sustancia Virgen, Madre de los universos.





Así pues, utilizamos el cuaternario como base de cálculo para nuestro Rosario Místico.



Para el camino simbólico que corresponde al desarrollo del Rosario Templario, podemos puntualizar que la forma general del camino, adopta el símbolo alquímico global de Venus, tal como vemos en el esquema siguiente:

En un gráfico, la cruz igual y justa, está dominada por el círculo de las cuarenta Ave, número de culminación del plano material; cuarenta años de caminar del pueblo de Israel en el desierto antes de acceder a la tierra prometida; así como cuarenta días de ayuno en el desierto, realizados por Jesús el Cristo y además, cuarenta días de fijación terrestre del cuerpo del Resucitado, antes de Su Ascensión.

(continuará)

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