EVANGELIO DÍA 17 DE ABRIL



Al llegar la noche, los discípulos de Jesús bajaron al lago, subieron a una barca y comenzaron a cruzarlo en dirección a Cafarnaún. Era completamente de noche y Jesús todavía no había regresado. En esto, se levantó un fuerte viento que alborotó el lago. Ellos, cuando ya habían recorrido unos cinco o seis kilómetros, vieron a Jesús que se acercaba a la barca andando sobre el agua y se llenaron de miedo. Él les dijo: “¡Soy Yo, no tengáis miedo!”. Entonces, quisieron recibirle en la barca y en un momento llegaron a la orilla adonde iban.

(Juan 6, 16-21)



MEDITACIÓN



No hay noche tan oscura, ni vendaval tan fuerte, ni olas tan amenazantes, en las que Jesús no esté con nosotros. Él está siempre ahí, silencioso y cierto, acompañándonos y guiándonos hacia Él.



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