EVANGELIO DÍA 19 DE ABRIL



Al día siguiente, la gente que permanecía en la otra orilla del lago, advirtió que los discípulos se habían ido en la única barca que allí había y que Jesús no iba con ellos. Mientras tanto, otras barcas llegaron de la ciudad de Tiberias a un lugar cerca de donde habían comido el pan, después de que el Señor diera gracias. Así que, al no ver allí a Jesús ni sus discípulos, las gentes subió a las barcas y se dirigió en busca suya a Cafarnaún. Al llegar a la otra orilla del lago, encontraron a Jesús y le preguntaron: “Maestro, ¿cuándo has venido aquí”. Jesús les dijo: “Os aseguro que vosotros no me buscáis porque hayáis visto las señales milagrosas, sino porque habéis comido hasta hartaros. No trabajéis por la comida que se acaba sino por la comida que permanece y os da la vida eterna. Esta es la comida que os dará el Hijo del Hombre, porque Dios, el Padre, ha puesto Su sello en Él”. Le preguntaron: “¿Qué debemos hacer para que nuestras obras sean las obras de Dios?”. Jesús les contestó: “La obra de Dios es que creáis el aquel que Él ha enviado”.

(Juan 6, 22-29)



MEDITACIÓN



Los motivos de lo que hacemos, son siempre más importantes que las obras que realizamos. Al final, lo que cuenta realmente es el amor a Dios y no el sumar puntos para obtener la vida eterna.



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