EVANGELIO DÍA 3 DE ABRIL



El primer día de la semana, las mujeres volvieron al sepulcro muy temprano, llevando los perfumes que habían preparado. Al llegar, encontraron que la piedra que tapaba el sepulcro, no se hallaba en su lugar, entraron, pero no encontraron el cuerpo de Jesús. Estaban asustadas, sin saber qué hacer, cuando de pronto vieron a dos hombres de pie junto a ellas, vestidos con ropas brillantes. Llenas de miedo, se inclinaron hasta el suelo, pero aquellos hombres les dijeron: ¿Por qué buscáis entre los muertos al que está vivo?. No está aquí, ha resucitado. Acordaos de lo que os dijo cuando aún se hallaba en Galilea “que el Hijo del Hombre, había de ser entregado en manos de pecadores, que lo crucificarían y que al tercer día resucitaría”. Entonces recordaron ellas las palabras de Jesús y al regresar del sepulcro, contaron todo esto a los once apóstoles y a los demás. Las que llevaron la noticia a los apóstoles, fueron Maria Magdalena, Juana, María madre de Santiago y las otras mujeres. Pero a los apóstoles, les parecía una locura lo que ellas contaban y no las creían. Sin embargo, Pedro fue corriendo al sepulcro. Miró dentro, pero no vio más que las sábanas.

Entonces volvió a casa admirado de lo que había sucedido.

(Lucas 24, 1-12)



MEDITACIÓN



No prestar oídos a la sabiduría, a la experiencia y opiniones de los otros que también buscan con corazón sincero a Jesús, por muy distintos que sean de nosotros, es pasar por alto la actuación de Dios en la vida y en el corazón de quienes nos rodean.



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