DEL PAGANISMO ROMANO AL CRISTIANISMO (Historia VII)






Mientras se suceden las persecuciones que ordenaban los emperadores de Roma, los cristianos se reunían clandestinamente en un lugar llamado Catacumbas para celebrar sus cultos. Estas galerías, fueron excavadas durante muchos años en el subsuelo de la ciudad, siendo algunas de ellas de varios kilómetros de longitud, con salida hacia las afueras de la ciudad en pleno campo. Comenzaban realizando una escalera de unos diez metros de profundidad, y de ahí partía un verdadero laberinto de ramificaciones, que a su vez iban descendiendo a otras galerías más profundas, hasta llegar a ser cuatro o cinco pisos de laberintos donde fácilmente puede uno perderse sin encontrar la salida.





Estas galerías, solían tener unos cuatro metros de altura, pero eran bastante estrechas, pues sólo cabían dos personas a la vez, aunque había zonas de ensanchamiento donde se encontraban las capillas para el culto, bastante decoradas con pinturas murales y allí solían poner el sarcófago de algún mártir destacado, con los instrumentos de su martirio, las vestimentas ensangrentadas y objetos que fueron de su pertenencia, que en años posteriores serían objeto de veneración de los peregrinos.





Además de los mártires, también eran enterrados allí todos los cristianos de Roma que deseaban descansar junto a ellos y así se fueron abriendo en las galerías unos dos mil nichos cuyas lápidas aún pueden leerse, en las que suele encontrarse el símbolo de un pez, que en griego forma las iniciales de Jesús Cristo Hijo de Dios Salvador (IXZUS). Este pez, también servía de contraseña para reconocerse cuando iban de viaje.



(continuará)

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