EVANGELIO DÍA 26 DE MAYO



Se dirigían a Jerusalén y Jesús comenzó a hablarles de lo que había de sucederle. Santiago y Juan se acercaron y le dijeron: “Maestro, queremos que nos hagas el favor que vamos a pedirte”. Le dijeron: “Concédenos que en Tu Reino nos sentemos uno a tu derecha y otro a tu izquierda”. Jesús les contestó: “No sabéis lo que pedía. ¿Acaso podéis beber esa copa que voy a beber Yo y recibir el Bautismo que Yo voy a recibir?”. Ellos le contestaron: “Podemos”. Jesús les dijo: “Vosotros beberéis esa copa amarga y recibiréis el Bautismo que Yo voy a recibir, pero el que os sentéis a mi derecha o a mi izquierda, no me corresponde a mi darlo”. Cuando los otros discípulos oyeron esto, se enojaron. Pero Jesús los llamó y les dijo: “Sabéis que entre los paganos, hay jefes que creen tener el derecho de gobernar con tiranía a sus súbditos y sobre éstos, descargan los grandes pesos de su autoridad. Pero entre vosotros no debe ser así. Al contrario, el que quiera ser grande entre vosotros, que sirva a los demás y entre vosotros, el que quiera ser el primero, que sea esclavo de todos. Porque tampoco el Hijo del Hombre ha venido para ser servido, sino para servir y dar su vida en pago de la libertad de todos”.

(Marcos 10, 32-45)



MEDITACIÓN



Hay que tener desconfianza de los que gobiernan para conseguir sus propios intereses y utilizan a los demás para aumentar su poder y prestigio. La verdadera autoridad, da poder a los que no la tienen, cuida la libertad y aviva los dones. Sólo la falsa autoridad, busca poder controlar a los demás.



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