EN BUSCA DEL GRIAL (IV)



Autor: Hno. A.L.


V. Conclusiones a las que voy llegando, después del poco tiempo que estoy en la Orden del Temple.

La verdad, es que son enormes los cambios, para bien, que voy experimentando, y cada día estoy más convencido de la decisión que tomé. Tengo personas conocidas, de buena condición, que pertenecen a otras fraternidades cristianas. Me han invitado a sus reuniones y he asistido a algunas de ellas porque se hablaba de Cristo. Al final de dichas reuniones, me han preguntado que me ha parecido. Yo les digo que me ha “gustado”, pero que mis inquietudes religiosas van por otro camino. También asisto a la Misa católica con asiduidad, porque allí se habla de Cristo, está establecida la Eucaristía, etc., pero sin llegar a ser un católico recalcitrante. Cuando me preguntan a qué religión pertenezco, digo “que a lo que llego es a ser un aprendiz de cristiano”.

Para mi, la Orden del Temple (Espiritual), es lucha, sacrificio, lecturas, meditación, oración, caerse y volverse a levantar; analizar los errores que has cometido ese día, hacer penitencia por ellos; amar a la humanidad cada vez más, evitando las críticas de tipo personal; no levantar falsos testimonios ni siquiera juzgarlos. A mi en particular, se me han introducido de tal forma las enseñanzas de la Orden del Temple, que gran parte del día me dedico a ellas, como por ejemplo, las oraciones, los textos, el contenido de la Regla, el aprendizaje nuevo para mi de muchas cosas, etc.

Las reuniones del Círculo Templario, invitan a arroparse entre sí, creándose debates que son extraordinariamente positivos para todos, lucha que no encuentro en las reuniones de las otras fraternidades cristianas, ni siquiera en la Misa, y como cosa esencial, es el hecho de que no somos dogmáticos y analizamos bien todas las cuestiones, por muy espinosas que se nos presenten.


VI. La purificación de nuestro Espíritu.

Esa purificación, la vamos consiguiendo vaciando nuestro corazón de vicios y llenándolo de virtudes, para que el Reino de Dios esté en nosotros.

Para ello, vamos a poner la razón al servicio del Espíritu, utilizando la llamada Campana de Gauss, que si mi memoria no me falla, alguna vez se lo he escuchado a la G. M.+ y que es utilizada en matemática estadística, para aceptar o rechazar probetas para conseguir un mínimo de aceptación, pues conseguir el 100%, es prácticamente imposible.

Vamos a ir formando dicha Campana aplicando a cada Vicio Capital un determinado coeficiente de ponderación. No es lo mismo un vicio de Soberbia que uno de Pereza. Lo primero que tenemos que hacer, es un recordatorio de nuestros actos, tanto en el tipo como en la cantidad de vicios que hemos cometido, a lo largo por ejemplo, de una semana e irlo reflejando en un gráfico.







(continuará)

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