EVANGELIO DÍA 18 DE JULIO



Seguían ellos su camino. Jesús entró en una aldea, donde una mujer llamada Marta lo recibió en su casa. Marta, tenía una hermana llamada María, la cual, sentada a los pies de Jesús le dijo: “Señor, ¿no te importa que mi hermana me deje sola con todo el trabajo?, dile que me ayuda”. Jesús le contestó: “Marta, Marta, estás preocupada e inquieta por muchas cosas, sin embargo, sólo una es necesaria: María ha escogido la mejor parte y nadie se la quitará”.

(Lucas 10, 38-42)



MEDITACIÓN



María, la discípula, está sentada a los pies del Maestro mientras éste le enseña las Escrituras. Este era un lugar que se les negaba a las mujeres pese a la insistencia de Jesús, que las mantiene a Su lado y las acepta en Su escuela. Los auténticos cristianos deben preguntarse, por qué sigue ocurriendo esto hoy.



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