LA RUTA DE SANTIAGO EN ESPAÑA (V)



Para los exigentes, no acaba la peregrinación en Compostela, sino que aún se debía prolongar hasta el pueblo de Padrón, la antigua ciudad romana de Iria Flavia, porque muchos peregrinos, sobre todo los españoles, se aferraban al dicho tradicional gallego, de que no hay romería a Santiago si so se llega hasta Padrón, donde Santiago tuvo su primera ermita.

Desde Santiago a Padrón, el viajero sigue el valle del río Sar, y lo dejan ante un templo barroco, cuya portada románica da un testimonio medieval de los primeros tiempos de peregrinación. Recorriendo el monte por donde se dice que anduvo Santiago vagando y dejando huellas de su paso, según dicen las leyendas, en algunas rocas, cómo en la peña que cuentan se abrió sola para dejar paso a Santiago.

En la Edad Media, había muchos peregrinos que subían unas gradas talladas en la peña del apóstol, y aprendían el dicho gallego “quen vai a Santiago e non vai a Padrón, ou fai romería ou non”. Hay también otro dicho muy famoso, con referencia a la iglesia de San Salvador de Oviedo que dice: “Quien va a Santiago y deja al Salvador, sirve al criado y abandona al Señor”. Oviedo es una variante de la ruta del peregrino, por donde pasaba el primitivo camino, que es precisamente el que hizo Carlomagno cuando visitó en la corte asturiana a su amigo Alfonso II el Casto, quien había mandado construir la Cámara Santa para albergar el Arca de las reliquias.

Esta Cámara Santa, se halla hoy en el interior de la Catedral gótica que se empezó a construir en el siglo XVI, pero que antes había sido una capilla construida por el rey Casto para sepulcro, en cuyo vestíbulo se encuentran las figuras de los doce apóstoles bajo la presidencia del Señor. El Arca de las Reliquias, llegó a principios del siglo VIII desde Jerusalén con los cristianos que huían de los musulmanes a través de Egipto, hasta embarcar hacia Cartagena, desde donde llevaron las reliquias a Sevilla y de allí a la visigoda Toledo. Mas al llegar los árabes a España, éstas fueron llevadas al Norte y las ocultaron en la Peña de la Magdalena, llamada Monsacro. Al iniciar Pelayo la reconquista, el Arca fue llevada a Oviedo, donde el rey Casto mandó edificar el pequeño templo de San Miguel de Lillp donde fue depositada y después trasladada a la Cámara Santa, construida para albergarla, así como la Cruz de los Ángeles, la caja de las ágatas, un cáliz gótico y el libro de los Testamentos y Pergaminos.

Se sabe que en el año 1.075, el Arca fue abierta en presencia del rey Alfonso VI y su hermana Doña Urraca y se cuenta que fue allí donde el Cid Campeador conoció a la que luego sería su esposa, Doña Jimena. Es costumbre tradicional entre los peregrinos que visitaban la iglesia de Salvador, dirigirse a la famosa Hidria, que se considera una de las grandes vasijas de las bodas de Caná, similar a la que se exhibe en Jerusalén.

La iglesia de San Miguel de Lillo y la edificación de Santa María del Naranco, son testimonios de aquellos tiempos de los comienzos de las peregrinaciones a Oviedo, que desde el siglo IX aumentaron sin cesar, hasta que por otra parte, la ruta que pasaba por León, hizo que Oviedo fuera una desviación penosa, por el puerto de Pajares, cuyas montañas han cruzado muchos a pesar del esfuerzo que ello supone.

Si el peregrino elegía al llegar a León desviarse hasta Oviedo, luego seguía por las tierras de Lugo donde habían muchos albergues y monasterios hospitalarios, más esta ruta era más marinera por atravesar muchos pueblos de la costa cantábrica hasta que se desviaban hacia Mondoñedo, Lugo y Puertomarín, donde ya se unían a la ruta principal de los que venían de León, Astorga y Ponferrada.

(continuará)

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