QUÉ ES...: EL PADRE NUESTRO (III)



En resumen, apreciemos distintos puntos de vista para enriquecer nuestra personal visión y para ello sugerimos:



- Leer despacio cada enfoque para con una actitud crítica, apropiárnoslo.



- Preguntarse: ¿Qué aporta?, ¿desde que óptica se realiza esta aproximación?.



- Mirarse uno ante el espejo y preguntarse: ¿Cuestiona mi visión de la vida, mis sentimientos, mi forma de decir el Padre Nuestro?. ¿Hay algún punto que no entiendo o en el que no estoy de acuerdo?.





El Padre Nuestro, la oración de la liberación integral





La realidad implicada en el Padre Nuestro, no se presenta de color de rosa, sino extraordinariamente conflictiva. En ella chocan el reinado de Dios y el reinado de Satanás. El Padre está cercano (nuestro), pero también lejano (en los cielos). En la boca de los hombres, hay blasfemias y por eso es preciso santificar el nombre de Dios



En el mundo imperan toda serie de maldades, que exasperan el ansia por la venida del reinado de Dios que es justicia, amor y paz. La voluntad de Dios es desobedecida e importa realizarla en nuestras obras. Pedimos el pan necesario, porque muchos por el contrario, no lo tienen. Imploramos que Dios nos perdone todas las interrupciones de fraternidad porque si no, somos incapaces de perdonar a quien nos ha ofendido. Suplicamos con fuerza ante las tentaciones, pues de otro modo caemos míseramente. Gritamos que nos libre del mal porque de lo contrario, apostatamos definitivamente. Y bien, a pesar de esta densa conflictividad, la oración del Señor está transida de un aura de confianza alegre y de sereno abandono, porque de todo ese contenido, integralmente, hace objeto de encuentro con el Padre.



El orden de las peticiones no es arbitrario. Se empieza por Dios y sólo después se pasa al hombre. La pasión por el cielo, se articula con la pasión por la tierra. Toda verdadera liberación, en perspectiva cristiana, arranca de un profundo encuentro con Dios, que nos lanza a la acción comprometida.



Todo proceso de liberación que no llegue a dar con el motor último de toda actividad, Dios, no logra Su intento y no alcanza la integralidad. En el Padre Nuestro, encontramos esta feliz relación. No sin razón, la esencia del mensaje de Jesús, el Padre Nuestro, ha sido formulado no en una doctrina, sino en una oración.

(continuará)

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