AMOR DE MADRE (II)



Autor: Hno. J.M.G.

Cuando tenías 23 años, ella te regaló algunos muebles para tu primer apartamento. Tú se lo agradeciste diciéndole a tus amigos que los muebles eran antiguos y feos.

Cuando tenías 24 años, ella conoció a tu futura esposa y le preguntó sus planes para el futuro. Tú se lo agradeciste con una feroz mirada y gritándole “cállate y métete en tus cosas”.

Cuando tenías 27 años, ella te ayudó a pagar los gastos de tu boda y llorando te dijo lo muco que te quería. Tú se lo agradeciste mudándote a vivir a la otra punta del país.

Cuando tenías 30 años, ella te dio algunos consejos de cómo cuidar a tu bebé. Tú se lo agradeciste diciéndole que las cosas eran diferentes ahora.

Cuando tenías 40 años, ella te llamó para recordarte el cumpleaños de tu papá. Tú se lo agradeciste diciéndole que estabas muy ocupado.

Cuando tenías 50 años, ella enfermó y necesitó que tú la cuidaras. Tú se lo agradeciste leyendo sobre la carga que representan los padres hacia los hijos.

De repente, llego un día..... Ella silenciosamente ¡¡murió!!.

Todas las cosas que antes hiciste te cayeron como un trueno. Tomemos un momento para rendir un honor y tributo a la persona que llamamos “Mamá” aunque algunos no la pueden llamar así de este modo abiertamente.

¡¡Es tu madre!!. Ella estará ahí para ayudarte en tus dolores, en tus penas, tus frustraciones, etc. etc.

Pregúntate a ti mismo: ¿Has limitado tu tiempo para estar con ella, escuchar sus quejas sobre su trabajo, en la cocina, su cansancio, su soledad?.

Se prudente, generoso y muéstrale el debido respeto aunque pienses diferente a ella. Una vez que se vaya de este mundo, solamente los recuerdos cariñosos del ser al que llamamos “mamá” nos quedará.

Bendícela y pide a Dios por ella, porque Dios en Su infinita misericordia le dio la dicha de ser madre y a ti el de tener una mamá.

Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días sean prolongados en la Tierra y que el Señor tu Dios te da. (Éxodo 20, 12).

También se levanta cuando aún es de noche y da alimento a los de su casa y tarea a sus doncellas. Evalúa un campo y lo compra. Con sus ganancias planta una viña. Ella se ciñe de fuerza y fortalece sus brazos. (Proverbios 31, 15-17).

Non Nobis

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