EVANGELIO DÍA 7 DE NOVIEMBRE



Después acudieron algunos saduceos a ver a Jesús. Los saduceos niegan que haya resurrección de los muertos y por eso le plantearon este caso: “Maestro, Moisés nos dejó escrito que si un hombre casado muere sin haber tenido hijos con su mujer, el hermano del difunto deberá tomar por esposa a la viuda para darle hijos, pues el hermano murió. Pues bien, había una vez siete hermanos, el primero de los cuales se casó, pero murió sin dejar hijos. El segundo y luego el tercero se casaron con la viuda y lo mismo hicieron los demás, pero los siete murieron sin dejar hijos. Finalmente murió también la mujer. Así pues, en la resurrección ¿cuál de ellos la tendrá por esposa, si los siete estuvieron casados con ella?”. Jesús les contestó: “En este mundo, los hombres y las mujeres se casan, pero los que merezcan llegar a aquél otro mundo y resucitar, sean hombres o mujeres, ya no se casarán, puesto que ya tampoco podrán morir. Serán como los ángeles y serán Hijos de Dios por haber resucitado. Hasta el mismo Moisés, en el pasaje de la zarza ardiendo, nos hace saber que los muertos resucitan. Allí dice que el Señor es el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, ¡y Dios no es un Dios de muertos, sino de vivos, pues para Él todos están vivos!”.

(Lucas 20, 27-38)



MEDITACIÓN



La vida de Dios abarca todo el cosmos. Don está Dios hay vida en todas las formas, material y espiritual. No hay que temer a la muerte porque viviremos para siempre la vida que ahora vivimos en Dios.



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