EVANGELIO DÍA 6 DE DICIEMBRE



Un día estaba Jesús enseñando y se habían sentado por allí algunos fariseos y maestros de la Ley venidos de todas las aldeas de Galilea y de Judea y Jerusalén. El poder de Dios se manifestaba en Jesús cuando curaba a los enfermos. En esto, llegaron unos hombres que llevaban en una camilla a un paralítico. Querían meterlo en la casa y ponerlo delante de Jesús, pero no encontraban por donde entrar porque había mucha gente, así que se subieron al techo y haciendo un hueco entre las tejas bajaron al enfermo en la camilla, allí en medio de todos, delante de Jesús. Cuando Jesús vio la fe que tenían, le dijo al enfermo: “Amigo, tus pecados quedan perdonados”. Entonces los maestros de la Ley y los fariseos comenzaron a pensar: “¿Quién es éste, que e atreve a decir palabras ofensivas contra Dios?. Tan sólo Dios puede perdonar los pecados”. Pero Jesús, dándose cuenta de lo que estaban pensando les preguntó: “¿Por qué pensáis así?. ¿Qué es más fácil decir: Tus pecados te son perdonados o decir levántate y anda?. Pues voy a demostrar que el Hijo del Hombre tiene poder en la Tierra para perdonar pecados”. Entonces dijo al paralítico: “A ti te digo, levántate, toma tu camilla y vete a tu casa”. Al momento, el paralítico se levantó delante de todos, tomó la camilla en que estaba acostado y se fue a su casa alabando a Dios. Todos se quedaron asombrados y alabaron a Dios y llenos de miedo le dijeron: “Hoy hemos visto cosas maravillosas”.

(Lucas 5, 17-26)



MEDITACIÓN



Acercarse a Jesús, significa estar dispuestos a hacer un esfuerzo por vivir de un modo diferente. Una vez tomada la decisión de seguirle y ser sus discípulos, hemos de mantener esa decisión, cueste lo que cueste, a pesar de que fallemos una y otra vez.



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