PEREGRINACIONES. EL CAMINO INICIÁTICO DE SANTIAGO (V)


Catedral de Jaca (España). Interior


El arte románico, no es el reflejo de una sociedad temerosa ante los castigos Divinos, como muchos eruditos dicen, aunque no la han comprendido en absoluto. Es una civilización que ve en el hombre el reflejo Divino, sabiendo que lleva en sí mismo el germen de la transformación, el cual hay que fertilizar y cuidar. De ahí, nacen unas iglesias construidas por vez primera a la medida del hombre, para que éste pueda sentirse integrado en ellas sin perder su armonía con el cosmos. Por todo ello, el hombre románico es un hombre con cierta felicidad, que ama la vida del mundo ya que sin pasar por ella no puede renacer al Conocimiento.

Si el románico cubre Europa, en pocos años la aparición del gótico es fulminante y aunque las catedrales de la Isla de Francia tardan décadas en concluirse, en la primera piedra colocada en el ábside de Notre Dame en París, está ya contenido, pesado y equilibrado todo el gótico. Chartres, Reims, Amiens, será la misma melodía interpretada con leves variaciones de ritmo. La escasa capacidad de asombro a la que el hombre actual ha llegado en nuestros días, hace que no sepa valorar lo que supuso para las posibilidades del siglo XIII, ver lanzar arbotantes y nervios a semejante altura y con tal separación de muros.

La civilización gótica, no es heredera de la románica ni una progresión de ésta, sino que nace de una ruptura total con el románico, pero inmerso en el ambiente sagrado que este arte creó. El gótico, creará un hombre nuevo a quien habrá de transmitirse un mensaje sagrado más sutil y elaborado con un nuevo sistema.

El gótico necesita de nuevos maestros y constructores, distintos a los románicos, poseedores de otra técnica y mentalidad, siendo estas nuevas fraternidades formadas en los monasterios cistercienses, reformados y orientados a su vez por San Bernardo de Clairvaux, que será el gran catalizador que prepare en el siglo XII la civilización gótica que se desarrollará en el XIII.

El mensaje que transmiten estos Compañeros del Santo Deber, formados en las abadías cistercienses y en las logias de la Orden del Temple, proceden del mismo conocimiento tradicional, pero expuesto no solo a través del símbolo, sino también por medio del número, que será el gran protagonista y principio inspirador de las catedrales góticas. La Numerología, que es la ciencia que estudia el aspecto cualitativo de los números, la Geometría sagrada, la Astronomía y la Alquimia, serán los pilares sobre los que se sustente el edificio gótico, en el que todo se interrelaciona en una unidad cósmica en la que nada sobra ni falta.

¿Cómo se consiguió estructura este saber?, ¿dónde encontró el constructor gótico la medida sagrada distinta de la románica?. Hay quien piensa que los Templarios (y no andan descabellados), encontraron en los sótanos del Templo de Salomón el Arca de la Alianza, de la que nada se sabía desde hacia siglos y que dentro de ésta, se había encontrado alguna medida o secreto de construcción confiado por los egipcios a Moisés. Interpretando lo descubierto según una Geometría distinta a la utilizada por los egipcios en la construcción de sus templos, (recuérdese la estrecha relación del Temple con el mundo árabe, pueblo de grandes geómetras), los Caballeros habrían elaborado ya en Paría, donde radicó su imporesionante Casa central, un concepto de construcción inaugurado en 1.163 con la primera piedra del ábside de Notre Dame.

La Catedral gótica está concebida como un amplificador de vibraciones. Es el condensador al que llegan las corrientes telúricas de la Tierra, y de ahí que se construyen muy frecuentemente donde estuvieron las románicas, herederas y construidas a su vez sobre templos aún más primitivos, y también, las fuerzas cósmicas procedentes del Cielo, Sobre este “tren de ondas” que fluyen constantemente de las agujas de la Catedral hacia el infinito y viceversa, viajan las fuerzas dimanadas de los creyentes concentrados en el gran amplificador-receptor.

(continuación)

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