EVANGELIO DÍA 14 DE MARZO



Dijo Jesús a sus discípulos: “Cuando venga el Hijo del Hombre rodeado de esplendor y de todos los ángeles, se sentará en Su trono glorioso. Todas las naciones se reunirán delante de Él y Él separará a unos de otros, como el pastor separa las ovejas de las cabras. Pondrá las ovejas a Su derecha y las cabras a Su izquierda. Y dirá el Rey a los de la derecha: Venid vosotros, los que Mi Padre ha bendecido, recibid el Reino que se os ha preparado desde la creación del mundo. Porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui forastero y me recibisteis, anduve sin ropa y me vestisteis, caí enfermo y me visitasteis, estuve en la cárcel y vinisteis a verme”. Entonces los justos preguntarán: “Señor, ¿cuándo te vimos hambriento y te dimos de comer o sediento y te dimos de beber?. ¿O cuándo te vimos forastero y te recibimos, o falto de ropa y te vestimos?, ¿o cuando te vimos enfermo o en la cárcel y fuimos a verte?”. El Rey contestará: “Os aseguro que todo lo que hicisteis por uno de estos hermanos míos más humildes, por Mi lo hicisteis”.
(Mateo 25, 31-46)

MEDITACIÓN

Después de Tu cruz, ningún sufrimiento o injusticia humana es indiferente a Dios, pues Su propio Hijo los ha padecido. Nadie en esta Tierra, puede decir que ha sido abandonado a su dolor, porque Jesús marcha delante y revive en cada cruz Su sacrificio y entrega.

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