EVANGELIO DÍA 20 DE MARZO



Seis días después, Jesús tomó a Pedro y a los hermanos Santiago y Juan, y los llevó aparte a un monte alto.  Allí, en presencia de ellos   , cambió la apariencia de Jesús. Su rostro brillaba como el Sol y sus ropas se volvieron blancas como la luz. En esto vieron a Moisés y Elías conversando con Él. Pedro dijo a Jesús: “Señor, ¡que bien que estemos aquí!. Si quieres haré tres chozas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías”. Mientras Pedro hablaba, los envolvió una nube luminosa, y de la nube salió una voz que dijo: “Este es mi hijo amado, a quien he elegido. Escuchadle”. Al oír esto, los discípulos se inclinaron hasta el suelo llenos de miedo. Jesús se acercó a ellos, los tocó y les dijo: “Levantaos, no tengáis miedo”. Entonces alzaron los ojos y ya no vieron a nadie más que a Jesús. Mientras bajaban del monte, Jesús les ordenó: “No contéis a  nadie esta visión, hasta que el Hijo del Hombre haya resucitado”.
(Matero 17, 1-9)

MEDITACIÓN

Que tu oración reflejo hoy la inmensa generosidad y compasión de Dios para con todas sus criaturas. Pide al Padre que tus obras estén siempre llenas de amor a los demás.

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