EVANGELIO DÍA 17 DE JUNIO



En aquel tiempo, dijo Jesús: “No acumuléis riquezas en la Tierra, donde la polilla destruye y las cosas se echan a perder y donde los ladrones entran a robar. Acumulad más bien vuestras riquezas en el cielo, donde la polilla no destruye, ni las cosas se echan a perder, ni los ladrones entran a robar. Porque donde esté tu riqueza, allí estará también tu corazón. Los ojos son como la lámpara del cuerpo. Si tus ojos son buenos, todo tu cuerpo será luminoso; pero si tus ojos son malos, todo tu cuerpo será oscuridad. Y si la Luz que hay en ti resulta ser oscuridad, ¡que negra no será la propia oscuridad!”.
(Mateo 6, 19-23)

MEDITACIÓN

La alegría de la pobreza es que ella te hace hermano de todos. La riqueza puede crearte miedos y  cerrarte el corazón. Lo importante es descubrir, que al final de la vida, nos pedirán cuentas de lo que hemos amado y la justicia que hemos practicado. Nada se lleva al Cielo, excepto un corazón y unas manos llenas de nombres.

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