MONASTERIO DE EL ESCORIAL (PRIMERA PARTE) (III)




Las obras del Monasterio duraron 21 años, desde el 23 de Abril de 1.536 hasta el 13 de Septiembre de 1.584. El arquitecto encargado de dirigir las obras fue Juan Bautista de Toledo que tuvo por ayudante a Juan de Herrera, que le sustituyó además cuando falleció. Realizó una obra grandiosa, con estilo muy personal, de elementos clásicos del Renacimiento italiano, interpretando la idea el rey el cual quiso hacer también del Monasterio, un compendio de las artes y las letras de su tiempo, y para ello trajo un gran grupo de artistas italianos y españoles que se encargaron de la decoración interior, como: Tibaldi, Luchetto, Zúccaro, Sánchez Coello, Monegro, Milán León, Pompeyo Leoni, Tiziano, El Greco y algunos más.

El Monasterio, es un gigantesco paralelogramo rectángulo (207 x 161 metros), con cuatro torres de 55 metros, cubiertas por chapiletes de pizarra rematadas por una gran bola de metal de 1.40 de diámetro, con veleta y cruz. En el lado oriental, forman saliente en su centro, la cabecera del Templo y las habitaciones de Felipe II, por lo que la planta del Monasterio recuerda así la forma de una parrilla, instrumento de martirio de San Lorenzo. Destacan también dos campanarios de 72 metros y la grandiosa cúpula que alcanza los 92 metros de altura. En el edificio, todo él de granito y de estilo bórico en su mayor parte, se levantan 9 torres, hay 15 claustros, 16 patios, 88 fuentes, 86 escaleras, más de 1.200 puertas y 2.600 ventanas.

Una amplia explanada denominada la Lonja, lo rodea por sus lados Norte y Oeste, con una anchura de 36 y 52 metros respectivamente, explanada que termina con una cerca de granito labrado, adornado con fuertes pilastras coronadas con bolas. Sus 9 entradas, se cierran con gruesas cadenas de hierro.

Para las necesidades de alojamiento y servicios de la Corte, se construyeron alrededor de la Lonja, en la acera frontera, Casas de Oficios, Ministerios, Infantes, Reina y la Compaña, unidas entre sí por arcos de comunicación, siendo todas de granito y sencilla arquitectura que armoniza con la del Monasterio. Un camino subterráneo llamado la Mina, atraviesa la Lonja en su lado Norte, desde las Casas de oficios hasta el zaguán del Palacio de los Borbones, que se construyó en tiempos de Carlos III, para evitar las molestias de los fuertes vientos y nevadas del invierno.
  
La Casa de Infantes y la Compaña, comunican con el Monasterio por un tránsito que cierra la Lonja de Poniente, construido también de granito, cubierto con pizarra y adornado de pilastras, ventanas y arcos. En los lados Este y Sur, se corresponde con las Lonjas una enorme terraza de 28 metros de ancho por 547 de largo, sostenida por 77 arcos de cantería de unos 8 metros de altura. Entre ésta y el edificio, se extienden bellos jardines de dibujos geométricos, y en sus combinaciones quedan encajadas 12 fuentes de pilón cuadrado.

(continuará)

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