MONASTERIO DE EL ESCORIAL (Primera Parte) (V)

El Templo

Se entra en él desde los coros de los Seminarios por una gran puerta con reja de bronce, labrada y dorada al fuego en Zaragoza. Otras cuatro puertas con rejas semejantes y del mismo artífice (Tujaron), hacen juego con la principal. La planta de la iglesia es cuadrada, de unos 50 metros de lado y el bórico el estilo de su arquitectura, imitando la traza de San Pedro en Roma. Cuatro enormes pilares centrales sostienen sobre pechinas la gigantesca cúpula de 92 metros de altura y unos apoyos de 24 arcos que sostienen las bóvedas. Estas divisiones originan una planta de cruz griega o de brazos iguales en las tres naves.


                                                                        Nave central y bóveda

                                        
En los pilares del centro  y por la parte que mira a las naves menores, se abren dos vanos que rematan en arcos de medio punto y en interior se hallan sendos altares. Una galería con balaustrada de bronce, corre a lo largo de toda la iglesia a unos 8,50 metros de altura. EL Templo recibe luz por medio de 38 ventanas, de las que 8 corresponden al cimborrio. Las bóvedas de ladrillo, están recubiertas al exterior por planchas de plomo y en su interior, estuvieron primitivamente estucadas, excepto las correspondientes al altar mayor y al coro, que fueron pintadas por Lucas Cambiaso. En época de Carlos II, se quitaron los estucos y fueron pintadas al fresco por Lucas Jordán. Finalmente, el pavimento del Templo es de mármoles blancos de la Sierra de Filabres (Granada) y gris de Estremoz (Alemtejo, Portugal).

                    
Nave central con el altar mayor
Antes de pasar a la descripción de la Capilla Mayor con el gran retablo y entierros reales, conviene recordar el interés de las pinturas que corresponden a los demás altares de la Basílica, que son 43 en total, y que se hallan situados en el hueco de los nichos, así como en los muros y las capillas. Estas pinturas al óleo, se muestran con sencillos marcos dorados rectangulares y frontones circulares, realizados en escayola por José Marzal en 1.829.

La ordenación de las pinturas en los altares, presentan por parejas  los Santos y Santas de las Letanías Mayores, los cuales llevan sus atributos, y se advierte que se sigue un plan que debe proceder del arquitecto Juan de Herrera y en último término, del propio rey. Las mesas del altar son de granito y mármol gris y en 1.963, se ha llevado a cabo una instalación eléctrica importante y muy adecuada, tanto en estos altares como en toda la iglesia, por lo que las pinturas pueden ser admiradas en toda su belleza.

Tabernáculo y grupo orante de Felipe II

(Continuará)

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