EVANGELIO DÍA 2 DE AGOSTO



Se acercaron a Jesús algunos fariseos y maestros de la Ley que habían llegado de Jerusalén y le preguntaron: “¿Por qué tus discípulos desobedecen la tradición de nuestros antepasados?. ¿Por qué no cumplen con el rito de lavarse las manos antes de comer?”. Jesús llamó a la gente y dijo: “Escuchad y entended: Lo que entra por la boca del hombre, no le hace impuro. Al contrario, lo que hace impuro al hombre es lo que sale de su boca”. Entonces los  discípulos se acercaron  a Jesús y le preguntaron: “¿Sabes que los fariseos se ofendieron al oír lo que dijiste?”. Él les contestó: “Toda planta que no haya plantado Mi Padre celestial, será arrancada de raíz. Dejadlos, son ciegos que guían a otros ciegos y si un ciego guía a otro, los dos caerán en el hoyo”.
(Mateo 15, 1-2, 10-14)

MEDITACIÓN
Impureza y ceguera. De manera misteriosa nacen dos clases de agua en la fuente del corazón humano. Tarea primordial es hacerse cargo de ello y tratar de que el agua limpia purifique la turbia. Así lo que nace , pero está llamado a ser lo más noble posible. Quien no acepte esta condición, se convierte en ciego, segador de la realidad y obstáculo para otros.

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