CONCILIOS Y SÍNODOS DE LA IGLESIA ROMANA (XIII)


Papa Siricio. Rosetón procedente de la Basílica de San pablo Extramuros. Roma

Atanasio I, participó en la controversia origenista, entonces muy viva, y aunque parece que él no conocía la teoría del teólogo Orígenes, tras reunir un Sínodo en Roma en el 401, lo condenó, con gran satisfacción por parte de San Jerónimo. Esta condena se basó en la petición de Teófilo de Alejandría, de que Roma respaldase la condena previa acordada en el Sínodo de Alejandría del año 400, cuando Roma y Alejandría vivían en plena armonía.

El Papa Hilario, tuvo que ocuparse de las Iglesias hispanas, en las que se habían repetido los males que se habían juzgado en el Concilio romano del 462 en relación con algunas Iglesias galas. Reunió, pues, otro Concilio en el 465, en el que condenó rotundamente como irregular la costumbre repetidas de que los Obispos pretendían elegir a su sucesor.


Gelasio I, fue muy sensible a la degradación moral existente en el pueblo cristiano y en el clero, por lo que se esforzó en robustecer la disciplina, corregir los vicios y prevenir el materialismo y la búsqueda de placeres mundanos, sobre todo en el interior de la Iglesia. Para ello reunió un Concilio en el 495 y dictó normas de conducta, exigiendo a los aspirantes al sacerdocio, una vida moralmente íntegra y el ejercicio libre del oficio sacerdotal, no condicionado por el dinero ni la ambición, y en momentos muy duros, dio un decisivo impulso a la actitud caritativa y social de la Iglesia.

Símaco fue elegido en una elección conflictiva, que dividió al clero y al pueblo romano. Convocó en el 499 un Sínodo, con el fin de estudiar y aprobar un modo que impidiese situaciones como las vividas en su elección.


“Os he convocado con el fin de buscar un modo capaz de suprimir los manejos de los Obispos, los escándalos y tumultos populares, como los provocados durante mi elección”. Este Sínodo, compuesto por 72 Obispos, publicó el primer decreto que se conoce sobre la elección papal, en la que se establecía la prohibición de entablar acuerdos previos a la elección del sucesor de un Papa que todavía estuviera vivo.


Se deduce de las materias tratadas en estos Concilios, que en Roma los Sínodos trataban los problemas propios de las diócesis romana y al mismo tiempo, las dificultades y cuestiones de otras diócesis de la Iglesia universal, que bien habían sido planteadas por el Obispo de la diócesis o que eran afrontadas directamente por el Papa cuando se enteraba de su existencia.


    
                Poema del Papa Dámaso en recuerdo de los mártires. Catacumbas de San Calixto. Roma.

(continuará)

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