EL SERMÓN DE LA MONTAÑA. OTRA REFLEXIÓN (III)



“Bienaventurados los mansos, porque ellos poseerán la Tierra”.

Mansedumbre, humildad, amor y bondad van dándose la mano. Quien ha llegado a ser amor desinteresado, también es manso, humilde y bondadoso. Está lleno de sabiduría y fuerza.

Los hombres que están en Mi Espíritu, los que amen desinteresadamente, poseerán la Tierra. ¡Oh ved!, el camino del corazón a Dios, es el camino del amor desinteresado y de éste fluye la Paz de Dios.

Los hombres que se han encaminado hacia el corazón de Dios, y los hombres que ya viven en Dios, obran para el Nuevo Tiempo, enseñando a todos los hombres de buena voluntad el camino a Dios. Con ello toman posesión de la Tierra y del Espíritu del Señor.



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