LA FORTALEZA (III)



El modelo de humanidad, no es la evasión, sino el compromiso. Cuando debes hacer una elección y no la haces, esto, ya es una elección. La acción diligente aleja de nosotros tres grandes males: El hastío, el vicio y la escasez. El pan, es más sabroso cuando se gana con el propio sudor; para disfrutar la sidra, hay que pelar primero la manzana, para disfrutar las flores, hay que sembrar primero el jardín y cultivar el jardín, requiere mucho agua, sobre todo, en forma de sudor. Los sueños se hacen realidad, para quienes trabajan mientras sueñan, decía ramón y Cajal. La clave está en la paciencia. Siempre que te pregunten si puedes hacer un trabajo digno, contesta que sí y empieza a aprender cómo se hace, ya que la recompensa del trabajo es el crecimiento.

Cuando se ha trabajado todo el día, un buen atardecer sale al encuentro. No esperes al Juicio Final, porque este tiene lugar todos los días. Imagina que cada día es el último que brilla para ti y serás agradecido por el que no esperabas vivir ya. Cuida los minutos, pues las horas se cuidan por sí solas. Alguien quedó extrañado de que un anciano hubiera escalado las cimas del Himalaya en pleno invierno; cuando le preguntaron cómo lo había logrado él respondió: Mi corazón llegó primero, el resto de mi persona le ha sido fácil seguirle. Cuando dice el refrán, más vale ser cojo que estar siempre sentado, y mejor salvar a un moribundo que enterrar a cien muertos. Si una parte de la humanidad piensa sin actuar y la otra actúa sin pensar, a nosotros nos corresponde obrar como gentes de pensamiento y pensar como gentes de acción. Por tanto, recuerda que para el débil de espíritu, la mitad de la vida es deseo y la otra mitad descontento. Las voluntades débiles se traducen en discursos, las fuertes en actos. El débil sufre los acontecimientos del destino, el fuerte los determina.

  No te quejes por cualquier cosa, sólo cuando sea realmente necesario. Podemos medir la debilidad de un hombre por el número de sus quejas. Si es posible, sustituye las lamentaciones por sonrisas, deja de soñar con las grandes oportunidades y aprovecha las pequeñas saliendo a su encuentro. Para llegar al oásis, hay que atravesar el desierto, acostúmbrate a lo que te cuesta, ya que nada grande se ha hecho sin una gran pasión. Los verdaderos grandes, son los de ánimo grande, por tanto, si deseas que tus sueños se hagan realidad ¡despierta!.

El espíritu de superación, no es para dejar atrás a los demás, sino para avanzar uno mismo. Los seres humanos tienen espíritu de superación y lo que aprendemos, se lo transmitimos a nuestros hijos y éstos a la vez, a los suyos. Así, el espíritu de superación beneficia a toda la especie humana. Pero superarse no es fácil, pues requiere disciplina, orden, seriedad y esfuerzo, de todos modos, el que se levanta, es aún mayor que el que no ha caído. Una dificultad no es sino una oportunidad en traje de trabajo y no hay cosa tan difícil que a fuerza de estudiarla, no termine por resultarnos fácil. La dificultad de moldear una estatua depende del grado de dureza del material que se usa, no se modela con igual facilidad una estatua de granito que una de alabastro, pero una vez finalizado el trabajo, una dura más que la otra. Moldeémonos pues como el granito y dejémonos de cuidar como el alabastro.

La libertad, no es una máquina de fabricar caprichos, pues cuando hay demasiada libertad nunca hay bastante. La libertad no consiste en hacer lo que nos da la gana, sino en hacer lo que tenemos que hacer, porque nos da la gana. La prueba de que puedo es que comienzo a ejercer ese poder, en otras palabras, la prueba de la fortaleza es la acción. Por nuestros hechos seremos conocidos, ya que la acción, es la manifestación de la fuerza.

(continuará)

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