EVANGELIO DÍA 1 DE NOVIEMBRE



Al ver la multitud, Jesús subió al monte y se sentó. Sus discípulos se le acercaron y Él comenzó a enseñarles diciendo: “Dichosos los que reconocen su pobreza espiritual, porque suyo es el Reino de los Cielos. Dichosos los que sufren porque serán consolados. Dichosos los humildes porque heredarán la tierra que Dios les ha prometido. Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán satisfechos. Dichosos los compasivos, porque Dios tendrá compasión de ellos. Dichosos los de corazón limpio, porque verán a Dios. Dichosos los que trabajan por la paz, porque Dios los llamará hijos suyos. Dichosos los perseguidos por hacer lo que es justo, porque suyo es el Reino de los Cielos. Dichosos vosotros, cuando la gente os insulte y os maltrate, y cuando por causa mía digan contra vosotros toda clase de mentiras. ¡Alegraos, estad contentos, porque en el Cielo tenéis preparada una gran recompensa!”.
(Mateo 5, 1-12)

MEDITACIÓN

Cuanto me animan mis hermanos en la fe, los que ya llegaron a la meta, los que van a mi lado y los que vienen detrás de mi. Porque aunque he asumido la responsabilidad total de mis actos, ellos me hablan de Tu amor, que hace milagros, que sigue encarnándose en el tiempo, de Tu gracia que no se acaba y sigue dibujando nuevos rostros que brillan y me contagian con el deseo de ser un instrumento tuyo. Camino, Señor, humildemente hacia Ti.

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