EVANGELIO DÍA 19 DE NOVIEMBRE



Después acudieron algunos saduceos a ver a Jesús. Los caduceos niegan que haya resurrección de los muertos y por eso le plantearon este caso: “Maestro, Moisés nos dejó escrito que si un hombre casado muere sin haber tenido hijos con su mujer, el hermano del difunto deberá tomar por esposa a la viuda para darle hijos al hermano que murió. Pues bien, había una vez siete hermanos, el primero de los cuales se casó pero murió sin dejar hijos. El segundo y luego el tercero se casaron con la viuda y lo mismo hicieron los demás, pero los siete murieron sin dejar hijos. Finalmente, murió también la mujer. Así pues, en la resurrección ¿cuál de ellos la tendrá por esposa, si los siete estuvieron casados con ella?”. Jesús les contestó: “En este mundo, los hombres y las mujeres se casan, pero los que merezcan llegar a aquel otro mundo y resucitar, sean hombres o mujeres, ya no se casarán, puesto que ya tampoco podrán morir. Serán como los ángeles y serán hijos de Dios por haber resucitado. Hasta el mismo Moisés en el pasaje de la zarza ardiendo, nos hace saber que los muertos resucitan. Allí dice que el Señor, es el Dios de Abraham, de Isaac y Jacob. ¡Y Dios no es un Dios de muertos, sino de vivos, pues para Él, todos están vivos!”. Algunos maestros de la Ley dijeron entonces: “Bien dicho, Maestro”. Y ya no se atrevieron a hacerle más preguntas.
(Lucas 20, 27-40)

MEDITACIÓN

Vivir la vocación matrimonial o virginal o celibato son todas una posibilidad de aprender a amar. Gracias Padre porque me dejas libre para elegir y bendices con Tu gracia el corazón honesto que sólo busca conocer Tu voluntad.

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