EVANGELIO DÍA 24 DE NOVIEMBRE



En aquel tiempo, dijo Jesús: “Cuando veáis a Jerusalén rodeada de ejércitos, sabed que pronto será destruida. Entonces los que estén en Judea, que huyan a las montañas, los que estén en Jerusalén, que salan de la ciudad y los que estén en el campo, que no regresen a ella. Porque serán días de castigo en los que se cumplirán cuanto dicen las Escrituras. ¡Pobres de las mujeres que en aquellos días estén embarazadas o tengan niños de pecho!, porque hará mucho dolor en el país y habrá un castigo terrible contra este pueblo. A unos los matarán a filo de espada, a otros los llevarán prisioneros por todas las naciones y los paganos pisotearán Jerusalén hasta que se cumpla el tiempo que les ha sido señalado. Habrá señales en el Sol, la Luna y las estrellas. En la Tierra, las naciones estarán confusas y angustiadas por el ruido terrible del mar y las olas. La gente se desmayará de espanto pensando en lo que ha de sucederle al mundo, pues hasta las fuerzas celestiales se tambalearán. Entonces verán al Hijo del Hombre venir en una nube con gran poder y gloria. Cuando empiecen a suceder estas cosas, animaos y levantad la cabeza, porque muy pronto seréis liberados”.
(Lucas 21, 20-28)

MEDITACIÓN

Si no te conociera, me daría miedo pensar en los tiempos finales de la creación o de mi propia vida. Creo que eres el dueño del tiempo y del devenir de la historia, que todo lo has hecho por amor para compartirlo y al final, el amor tomará su lugar. Pero Tu Palabra nos alerta de la existencia de situaciones de tensión, dolor, violencia y desorden. Enséñame Señor, a enfrentar estos momentos con una fe fuerte y comprometida.

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