ENTREGA

Hace tanto bien cuando se ve en los hermanos y hermanas templarios ese deseo de perfección, de agradar al Señor, estando pendiente de cumplir con esmero todo lo que nos pide la Santa Regla y nos exige la obediencia. Realmente esto es propio de los monjes soldados, y lo que de veras nos santifica y nos hace vivir en nuestra vocación.