HUMILDAD

La humildad verdadera, acepta con alegría las pequeñas humillaciones, incomprensiones o que te tengan por lo que no es. Si esto te produce amargura, resentimiento o rebeldía, teme que el demonio saque parte de lo que Nuestro Señor te mandó con amor de Padre, para que subas un escalón en el camino de perfección.