EVANGELIO DÍA 4 DE ABRIL



Uno de los Doce, llamado Judas Iscariote, fue a los Sumos Sacerdotes y les propuso: "¿Qué estáis dispuestos a darme si os lo entrego?". Ellos se ajustaron con él en treinta monedas. Y desde entonces, andaba buscando ocasión propicia para entregarlo. El primer día de los Ázimos, se acercaron los discípulos a Jesús y le preguntaron: "¿Dónde quieres que te preparemos la cena de Pascua?". Él contestó: "Id a la ciudad, a casa de Fulano y decidle: El Maestro dice: Mi momento está cerca, deseo celebrr la Pascua en tu casa con mis discípulos". Los discípulos cumplieron las instrucciones de Jesús y prepararon la Pascua. Al atardecer, se puso a la mesa con los Doce. Mientras comían dijo: "Os aseguro que uno de vosotros me va a entregar". Ellos, consternados, se pusieron a preguntarle uno tras otro: ¿Soy yo acaso, Señor?. Él respondió: "El que ha mojado en la misma fuente que Yo, ése me va a entregar. El Hijo del Hombre se va, como está escrito de Él, pero, ¡ay del que va a entregar al Hijo del Hombre, más le valdría no haber nacido". Entonces preguntó Judas, el que lo iba a entregar: "¿Soy yo acaso, Maestro?". Él respondió: "Tú lo has dicho".
(Mateo 26, 14-25)

MEDITACIÓN

Señor, Judas ya lo tiene decidido, los otros se iran entre sú y cuchichean ¿soy yo?. Judas te va a vender, Pedro negará que te conoce y los demás, te dejarán solo y huirán. Hoy te digo Señor, con toda sinceridad, que prefiero morir contigo que vivir alejado de ti. Acoje mi buena voluntad.

Copyright. Todos los derechos reservados. Orden del Temple, 2.012