EVANGELIO DÍA 30 DE JUNIO



Al entrar Jesús en Cafarnaún, un centurión se le acercó rogándole: "Señore, tengo en casa a un criado que está paralítico y sufre mucho". Jesús le contestó: "Voy a curarlo". Pero el centurión le replicó: "Señor, no soy quién para que entres bajo mi techo. Basta que lo digas de palabra y mi criado quedará sano. Porque yo también vivo bajo disciplina y tengo soldados a mis órdenes, y le digo a uno "ve" y va; al otro "ven" y viene; a mi criado, "haz esto" y lo hace". Al oír esto, Jesús quedó admirado y dijo a los que le seguían: "Os aseguro que Israel, no he encontrado a nadie con tanta fe. Os digo que vendrán muchos de Oriente y Occidente y se sentarán con Abrahan, Isaac y Jacob en el Reino de los Cielos, en cambio, a los ciudadanos del Reino los echarán fuera, a las tinieblas. Allí será el llanto y rechinar de dientes". Y el centurión le dijo: "Vuelve a casa, que se cumpla lo que has creído". Y en aquel momento, se puso bueno el criado. Al llegar Jesús a la casa de Pedro, encontró a la suegra en cama con fiebre, la tomó de la mano y se le pasó la fiebre, se levantó y se puso a servirles. Al anochecer, le llevaron muchos endemoniados, Él, con Su PAlabra, expulsó a los espóritus y curó a todos los enfermos. Así se cumplió lo que dijo el profeta Isaías: "Él tomó nuestras dolencias y cargó con nuestras enfermedades".
(Mateo 8, 5-17)

MEDITACIÓN

Señor, to creo en ti y creo en tu poder para sanar mi alma, y mi fe, quiero que sea cada día más nueva y más mía. Que no me acostumbre a ser un cristiano rutinario y tengan que venir los alejados para hacerme caer en la cuenta de lo maravilloso que es tener ua fe incondicional en ti.

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