EVANGELIO DÍA 15 DE AGOSTO



En aquellos días, María se puso en camino y fue aprisa a la ontaña a un pueblo de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. En cuanto Isabel escuchó oyó el saludo de María, saltó la criarura en su vientre. Se llenó Isabel del Espíritu Santo y dijo a voz en grito: "¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre!. ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor?. En cuanto tu salido llegó a mis oidos, la criatura sltó de alegría en mi vientre. Dichosa tú, que has creído, porque lo que te ha dicho el Señore se cumplirá". María dijo: "Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador, porque ha mirado la humillación de Su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho cosas grandes por mi; Su nombre es santo y Su misericordia llega a sus fieles de generación en generación. Él hace proezas con Su brazo, dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos. Auxilia a Israel, Su siervo, acordándose de la misericordia (cóo lo había prometido a nuestros padres) en favor de Abraham y su descendencia por siempre". María se quedó con Isabel unos tres meses  y después volvió a su casa.
(Lucas 1, 39-56)

MEDITACIÓN

Señor, me uno a tu inmensa alegría al abrazar a María, cuando llegó al Cielo a participar de tu eterna gloria. Vivo con la esperanza de estar contigo y con la Madre, después de mi paso por este valle  de lágrimas, siguiendo Su ejemplo de fe, amor y pureza.

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