EVANGELIO DÍA 4 DE AGOSTO



Oyó el virrey Herodes lo que se contaba de Jesús y dijo a sus ayudantes: "Ese es Juan Bautista, que ha resucitado de entre los muertos y por eso los poderes actúan aún en él". Es que Herodes había mandado prender a Juan y lo había metido en la cárcel encadenado, por motivo de Herodías, mujer de su hermano Filipo, porque Juan le decía que no le estaba permitido vivir con ella. Quería mandarlo matar, pero tuvo miedo de la gente, que lo tenía por profeta. El día del cumpleaños de Herodes, la hija de Herodías danzó delante de todos y le gustó tanto a Herodes que juró darle lo que le pidiera. Ella, instigada por su madre, le dijo: "Ahora mismo dame ennuna bandeja la cabeza de Juan el Bautista". El rey lo sintió, pero por el juramento y los invitados, ordenó que se la dieran y mandó decapitar a Juan en la cárcel. Trajeron la bandeja en una bandeja, se la entregaron a la joven y ella se la llevó a su madre. Sus discípulos, recogieron el cadáver, lo enterraron y fueron a contárselo a Jesús.
(Mateo 14, 1-12)

MEDITACIÓN

Señor, Juan el Bautista, murió por decir la verdad. Yo quiero alcanzar tu favor y anuncir con mi ejemplo la maravilla de ser tu seguidor y amigo. Cuenta con mi fidelidad.

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