SANTIDAD

Cuando de verdad empezamos a tomarnos en serio nuestra santificación, impulsados por la gracia y la presencia del Señor en nosotros, entonces es cuando empezamos a darnos cuenta de todas las gracias espirituales que Dios nos ha dado, lo que espera de nosotros y cómo tenemos que corresponder con nuestra fidelidad a que nuestra vida espiritual crezca y con ella nuestra unión con el Señor.