EVANGELIO DÍA 19 DE NOVIEMBRE





Cuando se acercaba Jesús a Jericó, había un ciego sentado al borde del camino, pidiendo limosna. Al oír que pasaba gente, preguntaba qué era aquello, y le explicaron: "Pasa Jesús Nazareno". Entonces gritó: "Jesús, ¡ten compasión de mi!". Los que iban delante, le regañaban para que se callara, pero él gritaba más fuerte: "Hijo de David, ten compasión de mi". Jesús se paró y mandó que se lo trajeran. Cuando estuvo cerca le preguntó: "¿Qué quieres que haga por ti?". Él dijo: "Señor, que vea otra vez". Jesús le contestó: "Recobra tu vista, tu fe te ha curado". En seguida recobró la vista y lo siguió glorificando a Dios. Y todo el pueblo, al ver esto, alababa a Dios.
(Lucas 18, 35-43)

MEDITACIÓN
Señor, ¡ten compasión de mi!. La reiteración de este grito del ciego, llega a ser la oración del corazón,  mil  veces repetida y escuchada por Ti Señor Jesús.

Copyrigh. Orden del Temple, 2.012