EVANGELIO DÍA 3 DE DICIEMBRE



Al entrar Jesús  en Cafarnaún, un centurión se le acercó rogándole: "Señor, tengo en casa un criado que está en cama paralítico y sufre mucho". Jesús le contestó: "Voy a curarlo". Pero el centurión le replicó: "Señor, no soy quién para que entres bajo mi techo. Basta que lo digas de palabra, y mi criado quedará sano. Porque yo también vivo bajo disciplina y tengo soldados a mis órdenes y le dijo a uno: Vé y va; al otro, ven, y viene; a mi criado: haz esto, y lo hace". Al oírlo, Jesús quedó admirado y dijo a los que le seguían: "Os aseguro que en Israel, no he encontrado a nadie con tanta fe. Os digo que vendrán muchos de Oriente y Occidente, y se sentarán con Abraham, Isaac y Jacob, en el Reino de los Cielos".
(Mateo 8, 5-11)

MEDITACIÓN

Señor, quienes no te conicían y descubren la grandeza de tu amor, se quedan deslumbrados y nos dan lecciones de fidelidad a quienes hemos nacido en un ambiente cristiano. Yo quiero mirarte con ojos nuevos para también amarte con corazón nuevo.

Copyright. Orden del Temple, 2.012