EVANGELIO DÍA 12 DE MARZO



Hay en Jesusalén, junto a la puerta de las ovejas, una piscina que llaman en hebreo Betesda. Ésta tiene unos soportales y allí estaban echados muchos enfermos, ciegos, cojos y paralíticos, Estaba también allí un hombre que llevaba treinta y ocho años enfermo. Jesús, al verlo echado y sabiendo que ya llevaba mucho tiempo, le dice: "¿Quieres quedar sano?". El enfermo le contestó: "Señor, no tengo a nadie que me meta en la piscina cuando se remueve el agua, para cuando llego yo, otro se me ha adelantado". Jesús le dice: "Levántate, toma tu camilla y echa a andar". Y la momento, el hombre quedó sano, tomó su camilla y echó a andar. Aquel día era  sábado y los judíos dijeron al hombre que había quedado sano: " Hoy es sábado y no se puede llevar la camilla". Él les contestó: "El que me ha curado es el que me ha dicho toma tu camilla y echa a andar". Ellos preguntaron: " ¿Quién es el que te ha dicho que tomes la camilla y eches a andar?". Pero el que había quedado sano no sabía quien era, pero Jesús aprovechando el barullo de aquel sitio, se había alejado. Mas tarde, lo encuentra Jesús en el Templo y le dice: "Mira, has quedado sano, no peques más, no sea que te ocurra algo peor". Se marchó aquel hombre y dijo a los judíos que era aquel hombre quién lo había sanado. Por eso, los judíos acosaban a Jesús, porque hacía tales cosas en sábado.
(Juan 5, 2-3a, 5-16)

MEDITACIÓN

Señor, cuando yo estaba enfermo y tullido por mis pecados, me has sanado con el perdón en el sacramento de la reconciliación. Escucho tu consejo: Has quedado sano, no peques más, no sea que te ocurra algo peor. He sido y soy curado por la fe y la mayor enfermedad es perderla.

Orden del Temple, 2.013