EVANGELIO DÍA 17 DE MARZO



Jesús se retiró al monte de los olivos. Al amanecer, se presentó de nuevo en el Templo, y todo el pueblo acudía a Él y sentándose, les enseñaba. Los escribas y los fariseos le traen una mujer sorprendida en adulterio y colocándola en medio le dijeron: "Maestro, ha sido sorprendida en flagrante adulterio. La Ley de Moisés nos mandó apedrear a las adúlteras; tú, ¿qué dices?". Le preguntaron esto para comprometerlo y poder acusarlo. Pero Jesús, inclinándose, escribía en el suelo con el dedo Como insistían en preguntarle, se incorporó y les dijo: "El que esté sin pecado, le tire la primera piedra". E inclinándose, otra vez, siguió escribiendo. Ellos, al oírlo, se fueron escabullendo uno a uno, empezando por los más viejos. Y quedó solo Jesús con la mujer, que seguía allí delante. Jesús se incorporó y le preguntó: "¿Mujer, dónde están tus acusadores?, ¿ninguno te ha condenado?". Ella contestó: "Ninguno, señor". Jesús dijo: "Tampoco Yo te condeno. Anda, y en adelante, no peques más".
(Juan 8, 1-11)

MEDITACIÓN

Señor, compasivo y misericordioso, defensor de los débiles y salvador de los pecadores. Aleja de mi corazón todo juicio y condena hacia nadie y hazme partícipe de tu compasión.

Orden del Temple, 2.013