EVANGELIO DÍA 18 DE MARZO



Jesús se retiró al monte de los Olivos. Al amanecer, se presentó de nuevo en el templo y todo el pueblo acudía a Él, y sentándose, les enseñaba. Los escribas y los fariseos, le traen a una mujer sorprendida en adulterio, y colocándola en medio le dijeron: "Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante adulterio. La Ley de Moisés, nos manda apedrear a las adúlteras, tú, ¿que dices?". Le preguntaban esto para comprometerlo y poder acusarlo. Pero Jesús, escribía con el dedo en el suelo. Como insistían en preguntarle, se incorporó y les dijo: "El que esté sin pecado que le tire la primera piedra". E inclinándose otra vez, siguió escribiendo. Ellos, al oírlo, se fueron escabullendo uno a uno, empezando por los más viejos. Y quedó solo Jesús con la mujer, que seguía allí delante. Jesús se incorporó y le preguntó: "Mujer, ¿dónde están tus acusadores?, ¿ninguno te ha condenado?". Ella contestó: "Ninguno, Señor". Jesús dijo: "Tampoco Yo te condeno. Anda y en adelante no peques más".
(Juan 8, 1-11)

MEDITACIÓN

Señor, la infinita misericordia de Dios resaltan en este episodio evangélico. ¡Que bien supiste salir airoso de la trampa que te tendieron los fariseos!, y con cuanta misericordia trataste a la adúltera, resaltando su dignidad de mujer y su esperanza de creyente. A mi también me dices: Anda y no peques más, y yo te doy las gracias por tu perdón.

Orden del Temple, 2.013