EVANGELIO DÍA 23 DE MARZO



Muchos judíos que habían venido a casa de María, al ver lo que había hecho Jesús, (la resurrección de Lázaro), creyeron en Él Los Sumos Sacerdotes y los fariseos, convocaron el Sanedrín y dijeron: "¿Qué hacemos?. Este hombre hace muchos signos. Si lo dejamos seguir, todos creerán en Él y vendrán los romanos y nos destruirán el lugar santo y la nación". Uno de ellos,  Caifás, que era Sumo Sacerdote aquel año, les dijo: "Vosotros, no entendeís Su Palabra; no comprendéis que os conviene que uno muera por el pueblo, y no que perezca la nación entera". Esto no lo dijo por propio impulso, sino que, por ser Sumo Sacerdote aquel año, habló proféticamente, anunciando que Jesús iba a morir por la nación y no sólo por la nación, sino también para reunir a los Hijos de Dios dispersos. Y aquel día decidieron darle muerte. Por eso Jesús, ya no andaba públicamente con los judíos, sino que se retiró a la región vecina, al desierto, a una ciudad llamada Efraín, y pasaba allí el tiempo con los discípulos. Se acercaba la Pascua de los judíos, y muchos de aquella región subían a Jesusalén, antes de la Pascua, para purificarse. Buscaban a Jesús, y estando en el templo, se preguntaban: "¿Qué os parece?, ¿no vendrá a la fiesta?". Los Sumos Sacerdotes y fariseos habían mandado que el que se enterase de dónde estaba, les avisaran para prenderlo.
(Juan 11, 45-47-57)

MEDITACIÓN

Señor, porque eres bueno, curas a los enfermos y resucitas a Lázaro, constituyes un estorbo que han de quitar de en medio ¡Cuanto te dolió aquella envidia de los que se creían grandes y esa ingratitud mía cuando me olvido de tanto bien que me haces día a día!.

Orden del Temple, 2.013