LA IMPRESCINDIBLE REGENERACIÓN




Para utilizar el poder que el Cristo nos dio, el de poder llegar a ser verdaderos Hijos de Dios Padre, necesitamos una transformación. Todavía somos hombres carnales psíquicos y os hace falta conquistar la dimensión espiritual, nacer de Dios o nacer en el Espíritu. Este nacimiento, depende directamente de nuestra evolución y esta evolución hacia el Espíritu, depende de nosotros y casi exclusivamente de nosotros, pues Dios nos deja totalmente libres para decidir y actuar en conformidad con nuestra decisión.
El Padre, no quiere esclavos, sino Hijos dignos de Él, Hijos que habrán demostrado su valor y amor filial en la conquista de esta posición. Por consiguiente, la pregunta es la siguiente: ¿Estáis dispuestos a tomar la decisión firme e irreversible de empezar seriamente la conquista de vuestra elección como Hijos de Dios?.
Presumo que todos los que estáis leyendo este texto,  no es por casualidad, sino que cada cual ha sido guiado hacia el Temple porque habrá alcanzado el nivel de evolución suficiente para intentar dar el salto a un plano superior, todos deseamos conquistar el Grial y dispuestos a luchar para conseguirlo. Pues bien, os sugiero, os invito a todos a aprovechar esta lectura, que ha sido una ponencia en el pasado Pasaje de Epifanía, el último Pasaje celebrado en la Tierra de la III Alianza, a fin de dar un paso decisivo en el camino de nuestra propia resurrección, empezando por poner seriamente en marcha o reforzado notablemente nuestro proceso de Regeneración.
Tenemos las mejores posibilidades para ello porque tenemos a nuestra disposición todos los medios favorables espirituales deseables, a ver si somos lo suficientemente inteligentes, si tenemos valor y voluntad suficientes, sobre todo voluntad para aprovechar nuestra suerte. Somos unos “privilegiados”, hemos recibido mucho más que los demás y hemos sigo guiados hacia la Milicia Divina. Hemos sido admitidos, recibidos y reconocidos, como Soldados de la Madre y del Hijo, tenemos el Egregor con nosotros y que esperan grandes hazañas como meros instrumentos, pero altamente perfeccionados y calificados para el servicio de Dios, pues la Milicia es para SERVIR, y un Soldado de la Milicia que no ha conquistado su dimensión espiritual, de poco sirve puesto que el combate se libra en este nivel. Por consiguiente, no tenemos escapatoria, ya que para ser buenos Templarios, se nos exige una formación y una capacidad espiritual, que sólo podemos adquirir con una Regeneración integral. ¿Estáis todos dispuestos a ella?, os pregunto, pues como punto de partida mismo, hace falta este estado de disponibilidad positiva, el ánimo para emprenderla y llevarla a buen fin.
En primer lugar, os invito a tomar profundamente conciencia, que debéis conseguir esta Regeneración cuanto antes y os daré motivos contundentes y razones imperiosas para no posponerla. Y en segundo lugar, expondré las bases, los procesos y el método para encaminarla en las mejores condiciones y con las posibilidades más favorables.

(continuará)

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