EVANGELIO DÍA 4 DE ABRIL



Contaban los discípulos lo que les había pasado por el camino y cómo habían reconocido a Jesús al partir el pan. Estaban hablando de esas cosas, cuando se presentó Jesús en medio de ellos  y les dice: "Paz a vosotros". Llenos de miedo, por la sorpresa, creían ver un fantasma. Él les dijo: "¿Por qué os alarmáis?, ¿por qué surgen dudas en vuestro interior?. Mirad mis manos y mis pies, soy Yo en persona. Palpadme y daos cuenta de que un fantasma no tiene carne y huesos, como veis que yo tengo". Dicho eso, les mostró las manos y los pies. Y como no acababan de creer por la alegría y seguían atónitos, les dijo: "¿Tenéis ahí algo de comer?". Ellos le ofrecieron un trozo de pez asado. Él lo tomó y comió delante de ellos. Y les dijo: "Esto es lo que os decía mientras estaba con vosotros: Que todo lo escrito en la Ley de Moisés y en los profetas y salmos acerca de Mí, tenía que cumplirse". Entonces les abrió el entendimiento para comprender las Escrituras. Y añadió: "Así estaba escrito: El Mesías padecerá, resucitará de entre los muertos al tercer día, y en Su nombre se predicará la conversión y el perdón de los pecados a todos los pueblos, comenzando por Jerusalén. Vosotros sois testigos de esto".
(Lucas 24, 35-48)

MEDITACIÓN

Me haces testigo de los grandes misterios de tu Muerte y Resurrección, testigo de tu inmenso amor, porque todo fue por nosotros. Por eso, acojo tu invitación: Paz contigo.

Orden del Temple, 2.013