LAS FUERZAS KABALÍSTICAS



En la terminología de Moisés, el primero de esos Centros se conoce con el nombre de Kether, la Corona (que para la religión católica correspondería a la figura del Padre); el segundo con el nombre de Hochmah, la Sabiduría (que recaería sobre la figura del Hijo), y el tercero con el nombre de Binah, la Inteligencia Activa (que representaría el Espíritu Santo.) Generalmente se las representa con un triángulo (primera figura tangible o espacio cerrado en el que se puede organizar en su interior la vida), en el que Kether aparece en la cúspide, Hochmah a la derecha y Binah a la izquierda.

Esos tres centros energéticos primordiales desarrollan una intensa actividad en cada uno de los mundos en los cuales tenemos vida.

El atributo de Kether, la Corona, se llama Voluntad. Es el principio fecundador, el que contiene la simiente de los frutos venideros. De Él procede la luz que lo ilumina todo, barriendo las oscuridades y transmutando de forma continua y sistemática las situaciones.

Kether, como las demás fuerzas, se encuentra interiorizado en cada ser humano y transmite esa esencia llamada voluntad que insemina nuestros proyectos para que puedan realizarse. Nos transfiere capacidad para la iniciativa, para arrancar, para lanzarnos a la acción.

Dicho de forma más clara, nada puede iniciarse en nuestro mundo sin una aportación de voluntad o de Kether. Es como el motor de arranque que permite al coche iniciar su marcha. Con Kether estaríamos hablando de la fuerza masculina.

El atributo de Hochmah, la Sabiduría, la segunda fuerza del triángulo, se llama Providencia. En Hochmah se interioriza la luz de Kether, constituyendo así un auténtico pozo de luz Divina a disposición de la vida.

Cuando en un proyecto se ha activado la voluntad, aparece de inmediato la Providencia, es decir, las circunstancias propicias para que esa voluntad se cumpla, lo que comúnmente llamamos suerte.

Tenemos un dicho que reza: “Los niños vienen al mundo con un pan bajo el brazo”, queriendo significar que traen buena suerte. En este caso la inseminación sería el acto de voluntad y el nacimiento del bebé traerá consigo las circunstancias propicias para que se puedan desarrollar los objetivos fijados. A esta fuerza se la apoda Providencia y cualquier proyecto necesita en sus inicios de su aporte de Providencia. Hochmah será pues la fuerza masculina.

El atributo de Binah se llama Inteligencia Activa-marco de actuación y a través de esta fuerza todo el Universo se pone en movimiento, dando lugar a la diversidad de las formas existentes. Nos indica las normas a seguir.

Después que en un proyecto se hayan activado la voluntad y las circunstancias propicias, el tercer ingrediente es la creación de un marco estructural que nos permita delimitar el espacio en el que debe ser desarrollado ese propósito.

Imaginemos que hemos decidido hacernos construir una casa. La fuerza Kether impulsaría a configurar el proyecto, a saber cuáles son los objetivos que nos mueven. Hochmah aportará las circunstancias propicias, que pueden traducirse en que nos encontremos con alguien que conoce un constructor y nos ponga en contacto. La fuerza Binah nos empujará a decidir dónde va a ubicarse la casa, a delimitar el terreno o a limitar el campo de búsqueda para que ese proyecto pueda llegar a buen puerto.

Ese sistema puede utilizarse en cualquier tipo de proyecto, pero todavía faltan etapas por desarrollar antes de conseguir el objetivo y más adelante las vamos a plantear.

(continuará)

Orden de Sión+++