EL TEMPLO DE JERUSALÉN (V)



Muchos judíos en nuestros días, son proclives a una evolución de la doctrina referente al Templo y a lo sacrificios, es decir, el significado del Templo y de los sacrificios debe ser espiritualizado. Esta espiritualización, no impondría evidentemente, la reconstrucción del Templo ni la restauración de los antiguos sacrificios.

Actitudes extremistas no han faltado. El 15 de Agosto de 1.967, el capellán del ejército israelí, el rabino Salomón Goren, presidió un servicio religioso en el recinto de Haram-esh-Sharif (la explanada del Templo). EL mismo Goren, fundó en 1.986 con otros rabinos famosos, el Consejo Supremo del Monte del Templo, intentando publicar un decreto que permitía a los judíos observantes entrar y rezar en la explanada del Templo, en contra de la orden de prohibición del Gran Rabinato y construir una sinagoga en la explanada. La reacción del Consejo Supremo Musulmán, fue inmediata. Declaró que nunca se le permitiría a los judíos rezar en Haram-esh-Sharif, y que están dispuestos a morir por esa causa.

De todos modos, la mayoría de los grupos ortodoxos en gran  medida, se apoyan en una leyenda rabínica popular, nacida después de la destrucción del Segundo Templo, que afirma que el nuevo Templo será reedificado por Dios mismo, en la redención final de Israel. Este nuevo Templo, a diferencia de los anteriores, durará eternamente, por ser obra de Dios. En la espera de un nuevo Templo, y de un nuevo altar que descenderán milagrosamente del cielo, toda tentativa humana que quisiera sustituir la obra de Dios, sería un acto de arrogancia.

(continuará)

Orden del Temple+++